El vehículo que va a transportarme es mi cuerpo a través de la ejecución de Asanas, la práctica de Pranayama, meditación...etc.
La observación de mi cuerpo mientras estiro, equilibro, fortalezco, tonifico...mientras respiro...puede ser reveladora de mi estado interior. Y desde esta observación puede convertirse en un mapa que me indica el camino que puedo seguir para saber y profundizar más en mí misma.
Puedo comenzar prestando atención a los pequeños detalles...¿en qué forma apoyo mis pies en el suelo? ¿Consigo arraigarlos con firmeza...o me cuesta pegarlos como si la superficie quemara?.
¿Dónde va mi mente cuando estoy construyendo un asana? ¿Y cuando la he construido? ¿Soy capaz de observar el movimiento de mis músculos, dónde surgen las molestias, cómo me siento mientras ejecuto un asana? ¿O por el contrario mi mente está a kilómetros de distancia mientras mi cuerpo se ejercita en soledad? . ¿Cómo estoy respirando? ¿Presto atención al ritmo de mis pulmones tomando y expulsando el aire? ¿O estoy reteniendo la respiración hasta que acaba el esfuerzo?.
Son solo algunas preguntas simples para comenzar.
A partir de observar lo más sencillo voy convirtiendo en hábito la exploración de todos las sensaciones que tienen lugar mientras estoy en una sesión de yoga. Esta observación establece un vínculo sutil pero poderoso con mi cuerpo, una comunicación clara y precisa de mi mente, con mis emociones y mi espíritu. Poco a poco voy comprendiendo mi propio idioma y traduciendo todas las sensaciones que me hablan de mí...de mi propio universo interior.
Y a través de ese diálogo surge la comprensión y la claridad necesarias para abordarme en toda las facetas de mi personalidad. Una comunicación directa que me lleva a la acción congruente y a la expresión fiel de mi naturaleza...y que finalmente expreso por cada uno de mis poros como PAZ que surge de mi interior.
www.yogaquiromasaje.com
