miércoles, 19 de junio de 2013

Mi cuerpo como mapa II

www.yogaquiromasaje.com

Cualquier asana en yoga nos permite tomar conciencia de cada parte de nuestro cuerpo de forma individual, a través de las extremidades, columna…etc. y sus músculos, y de forma global cuando después de haber colocado (o intentado colocar) cada músculo en su posición o actividad correspondiente observamos el resultado completo en forma de asana o postura.
Y ahí nos quedamos observando, respirando, corrigiendo, sintiendo, percibiendo…
Cualquier asana en sí misma ya es simbólica. Lo cómodos o fluidos que nos encontremos en ella nos habla de nuestras características de personalidad.
No es lo mismo sentirse cómodo en una postura “cerrada” en la que unimos el pecho a las piernas…por ejemplo, que en una postura “combativa” en la que nuestro abdomen queda al descubierto y además nuestros brazos y piernas se lanzan hacia afuera.
Todos los detalles en la práctica de yoga nos hablan de cómo nos movemos más frecuentemente en el mundo, y también de un yo profundo que a veces desconocemos y que tenemos la oportunidad de explorar desde este ángulo.
Son solo unos ejemplos simples para que veamos el yoga desde otra perspectiva, como algo mucho más que una mera disciplina hindú para flexibilizarnos o relajarnos. Es una herramienta de exploración y conocimiento de todo lo que llamamos yo.




jueves, 6 de junio de 2013

La meditación como herramienta de desarrollo personal

Una de las funciones de la mente es servirnos de almacén de información. Escuchamos una palabra y automáticamente nos aparece en la pantalla mental todo tipo de asociaciones en forma de imágenes, sensaciones, descripciones, análisis...en definitiva lo que yo llamo información condicionada, o prejuicios.
No solemos usar nuestra capacidad de descubrimiento para volver a mirar algo como si fuera la primera vez.
Por eso cuando escuchamos la palabra "Meditación", nos viene a la mente una imagen de una persona sentada delante de un pequeño altar con velas, incienso, una figura de buda, en silencio, con los ojos cerrados, respirando plácidamente y con la mente en blanco.
Todo eso sirve. Pero no es lo único, ni es la meta. Relajarse es necesario para hacer ciertas observaciones, pero no es la meta de la meditación. En realidad la meditación no tiene una meta definida.
Quisiera rescatar este acto de meditación como herramienta de conocimiento interior, y desarrollo personal.
Todos los actos en este sentido deberían ser evolutivos. Me refiero a que una vez alcanzada esa relajación, y ese sosiego...quizá tenemos una puerta abierta a una exploración más profunda...continuar el camino.
La mente nunca se queda en blanco...pero sí puede ir a un ritmo más sereno, más relajado.
Y ahí es donde podemos iniciar una observación. Y por eso iniciamos siempre los trabajos de meditación aprendiendo a relajar nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones.
Otro paso importante es descubrir la presencia del observador. Si somos nuestros pensamientos solo podemos pensar y pensar. Pensar sobre nuestros pensamientos. El pensamiento no observa, su función es analizar, examinar, emitir opiniones, declarar intenciones, narrar....etc.
Pero no sabe observar en silencio.
Por eso en una práctica perseverante de meditación, descubrimos un día que no somos nuestros pensamientos. Que podemos observarlos desde un lugar neutro, silencioso, carente de opinión y comentarios.
Y aquí comienza una nueva exploración.